CULTURA Y TRADICIÓN

CULTURA Y TRADICIÓN

miércoles, 19 de julio de 2017

Andrés Emilio Beleño Pava: juglaría y tradición en Chiriguaná (II)



Andrés Emilio Beleño/Foto: Períodico El Pilon

Nació en Chiriguaná el 29 de septiembre de 1948. Hijo de Olga del Socorro Pava Acosta y Francisco Nicanor Beleño Rojas, ambos naturales de Chiriguaná, Andrés es el mayor entre 19 hermanos. Verseador, compositor y cantante destacado.
En abril de 1979, llegó a la capital mundial del vallenato, para participar en el primer concurso de piquería del Festival de la Leyenda Vallenata, donde logró destacarse con la corona. Desde entonces se radicó en Valledupar.
A los 31 años de edad disputó el título de Rey de la Piqueria con Guillermo “El Mono” Arzuaga y Rubén Toncel “El Turpial de Pondorito”.
Andrés está consagrado como uno de los repentistas más importantes de la región, su rima jocosa, lo ha favorecido de tal manera que en su haber tiene ganado aproximadamente 50 festivales en todo el país.
Además hoy día está consagrado como uno de los compositores que guarda la esencia y poesía del vallenato tradicional, al expresar en ellas la cotidianidad de hechos propios de la región, del amor, las penas y alegrías del ser humano. Sus canciones llevan impresa un sello muy particular en la gracia y encanto de sus versos, jocosidad que sobresale en sus composiciones con el ritmo de puya. Sus puyas son muy apetecidas por los participantes del Festival Vallenato.
Su producción musical es abundante. Su repertorio guarda connotadas expresiones musicales, algunas inéditas; puyas, merengues y paseos. Dentro sus obras musicales se destacan: “La Campana”, incluida en un trabajo discográfico de “Poncho” Zuleta, El Nobel del Amor; “La Vejez”, en la voz de Alex Manga y el acordeón de Omar Geles (Los Diablitos), “La vi corriendo”, grabado por Jorge Oñate y “Así es la vida” que pegó en su momento con Fabián Corrales. Sus éxitos más recientes son “El gorrero” interpretada por Mono Zabaleta y  “Meneando la batea” interpretada por Jorge Oñate.
Dentro de su producción musical se puede destacar los CD “Cultura Parranda y Folclor”, “Mi Cocho Pechocho” y luego se la jugó con la producción “El Rey de Siempre”, con el acordeón de José del Carmen “Carmencito” Mendoza (Q. E. P. D).
En la actualidad sus hijos son reconocidos músicos del folclor vallenato. El primero como acordeonero; el segundo, es guacharaquero. Sufrió la pérdida de su  hijo Francisco José Beleño, cajero de los K Morales, en su momento, quien murió en un accidente de tránsito en Valledupar.
En entrevista que le hiciera el periodista chiriguanero don Oscar Rosado Arzuaga, Andrés Emilio Beleño, comenta a manera de consejo para las nuevas generaciones de repentistas, lo siguiente:
“La piquería es innata, se puede aprender a organizar los versos. Es muy difícil aprender el repentismo, pero todo en la vida es posible aprenderlo. El mejor consejo es dedicarse a improvisar, que dejen de lado los versos de cajón o aprendidos, que eso no los llevará a ningún lugar.”
En la actualidad Andrés Emilio Beleño continúa con su pasión musical, componiendo canciones y ejercitando la voz en diferentes parrandas vallenatas.
Luis Alcides Aguilar Pérez
@luisaguilarpe 

lunes, 3 de julio de 2017

LOS ALBORES DE LA EDUCACIÓN EN CHIRIGUANÁ

Padre Rafael Eugenio Vega
Rafael Argote Vega


Juan Mejía Gómez

La educación en Chiriguaná se fundamentó con la orientación del Cura Rafael Eugenio Vega, aproximadamente a finales del siglo XIX y comienzos de  la primera mitad del siglo XX, a él se debe el fortalecimiento de la educación e iniciar a los niños de ese tiempo en la formación elemental de las matemáticas, lecto escritura y los saberes esenciales del comportamiento cotidiano.

En entrevista con el Licenciado Ariel Domínguez Vega y don Armando Díaz, familiares del Cura Vega, sobre la información de este personaje comentaron lo siguiente:

<Según comentarios de uno de sus alumnos el señor Segundo Torres Barbosa (Q.E.P.D), el padre Vega fue el gestor de la educación aquí en Chiriguaná, fue el primer profesor referente a la historia de la educación en Chiriguaná. Fundó el primer colegio el cual funcionaba en la misma parroquia. Cuando los alumnos terminaban la educación elemental o preparatoria, él le insistía o aconsejaba a los padres de esos niños en la necesidad de  seguir estudiando en bien de la formación de los jóvenes; que salieran a través del río y continuaran los estudios en el Colegio Pinillos en Mompós. Dentro de sus alumnos podemos mencionar al maestro Juan Mejía, el maestro Rafael Argote, Roberto García, Humberto Rojas, Segundo Torres Barbosa.

Uno de sus principios como educador era su exigencia en caligrafía. Siempre portaba una sotana negra y un sombrero del mismo color.
                                                                                          
El padre Vega era natural de San Juan del Cesar.  A mediados de la década de 1920 o principios de la década de 1930 fue trasladado a la ciudad de Ciénaga, Magdalena. Muere en Río Frío, Magdalena. Allí mismo se encuentra enterrado>.

Chiriguaná era una población cuyas gentes estaban consagradas a la agricultura y ganadería, pero con el sueño de que sus hijos alcanzaran la luz a través de la ilustración. Algunos de los jóvenes orientados por el Padre Vega, parten a la gran ciudad a continuar sus estudios, formándose así un sendero prometedor, preparándose como profesionales normalistas para desempeñarse en la labor docente y otros en carreras de estudio como médicos.

Según Mejía Gómez (1979), “en 1914 mediante diligencias de don Roberto A. García; en calidad de diputado, se logró la creación de la escuela rural de Rincón Hondo y la nocturna de la cabecera, elevación de la escuela urbana superior con maestros graduados, traspaso del municipio de Chiriguaná a la circunscripción escolar de El Banco” (p. 154).

En ese transcurrir del tiempo surge La Escuela Urbana de Niñas en el año de 1925; idea que nace después de que los primeros estudiantes que se iniciaron en la instrucción académica eran hombres; se tenía la creencia histórica de la cultura europea y otras, que la mujer solo era para quedarse sirviendo en casa y tener hijos. La Escuela Urbana de Niñas quedó ubicada en la calle Bolívar hacía el occidente de Chiriguaná, en el sitio (que hoy se reconoce como casa de la cultura de Chiriguaná) iniciando la Pedagoga Gregoria de la Hoz de Argote, más adelante se realizan otros nombramientos de docentes como; Nicolasa Rangel, Martina Royero, Candelaria Rangel, Gertrudis Arce, Ángela Quiñones. Esta escuela inicia con la asistencia en doble jornada.

En 1926 el maestro Juan Mejía Gómez, funda en Chiriguaná el Instituto Caldas, colegio privado en donde se ve el producto de las enseñanzas u orientaciones impartidas por el Padre Vega a favor del desarrollo de Chiriguaná y sus gentes, el maestro Mejía como buen intelectual abre camino para continuar orientado a la juventud siguiente.

El colegio de Nuestra Señora de Chiquinquirá fue fundado en 1949 por el Presbítero Alfonso Aragón Durán.

Mediante decreto Nº 033 de enero 19 de 1950 derivada de la Gobernación del departamento del Magdalena, se inicia la modalidad de bachillerato académico y se da continuidad a la preparatoria con El Liceo Polo Lara, nombre en honor del secretario de educación de la época en el Magdalena, Rómulo Polo Lara. Comienza con 2 grados, quinto de preparatoria y primero de bachillerato, se comienza con varones y gracias a que al no existir el suficiente número de alumnos para la apertura del grado primero de bachillerato el maestro Mejía, sede algunos alumnos de los grados tercero y cuarto del Instituto Caldas para hacer realidad ese inicio. Poco después se permitió la matricula del personal femenino. También surge así una oportunidad para las poblaciones del centro del hoy departamento del Cesar en donde no se contaba con un colegio que colmara las necesidades en la formación académica de los hijos de familias de escasos recursos que por tal situación no podían trasladarse a otros lugares para continuar estudios.

La escasez de docentes en Chiriguaná era preocupante, esa inquietud es atendida por un hijo de Chiriguaná que gracias a sus influencias intercede para lograr una preparación de algunas personas o estudiantes que se inclinaran por la vocación docente y de esta manera, en lo sucesivo, suplir la necesidad presentada gracias a nuevos docentes formados en nuestra propia localidad. La influencia de don Pedro Antonio García permite que en 1958 la Gobernación del Magdalena, mediante decreto 489 de septiembre 30 de 1957 cambiara la modalidad de bachillerato académico a pedagógico, llamándose “Escuela Normal para Varones de Chiriguaná”, lográndose con ello lo que se esperaba en el futuro, un gran número de maestros rurales, de los cuales aún se encuentran actualmente ejerciendo la docencia en lo amplio del departamento del Cesar y Colombia.

En 1963 la legislación educativa del país establece otras condiciones como los tres niveles de enseñanza Básica Primaria, Básica Secundaria y Media Vocacional. Con esta nueva norma educativa Nacional desaparecen las normales rurales originándose los Centros Pilotos de Formación docente. El anterior proceso hace que en Chiriguaná se vuelva nuevamente al bachillerato Académico en 1972. De esta manera de acuerdo a la resolución Nº 0114 de enero 25 de 1972, se da paso al Colegio Nacional Mixto de Bachillerato de Chiriguaná, “Conalchi” ocasionándose la primera promoción con 28 bachilleres; promoción que se gradúa en 1974 bajo la orientación de los distinguidos maestros Emeterio Ávila, Fernando Granados, Leovigildo Mejía, Alfonso Ebrat, Fernando Peinado, Cura Párroco Martín Palacios y Gustavo Mejía; entre otros.

En medio de este proceso es muy importante reconocer la labor emprendida por personas amantes de la formación educativa que al fundar institutos, escuelas y escuelitas contribuyeron en la orientación de jóvenes para bienestar propio y de la sociedad.

Dentro de esos personajes, algunos autodidactas, recordamos a manera de síntesis  los siguientes:

Octavio García, Julio Leyva, Apolinaria Angulo Rodero “Pola” Ángulo, Saray Muñoz, Victoria Villalobos, Librada Díaz, Martina Pérez Zuleta. Y aquellos que aún viven como Hipolita Ditta, Dilfa Pérez, Solfanis Guardías.

Rafael Leyva, fundador del Colegio Marco Fidel Suárez; los hermanos Teobitilde y Teofrasto Tafur Machado, fundadores del Instituto América; Luis Mariano Castañez, fundador del Instituto San Luis Gonzaga; Carlos Andrés Pérez Ruiz, fundador del Colegio Comercial de Bachillerato San Juan Bautista de la Salle.

Además de todo, en esta loable labor es importante recordar que en ella también han contribuido una gran cantidad de maestros, hoy pedagogos, licenciados, sociólogos, especialistas, magíster y doctores; personas que tiene su reconocimiento en esa huella indeleble que han dejado en sus orientados o discípulos de los cuales igualmente se aprende.

Continuando con el proceso del bachillerato académico, a finales de los años 1990 se le cambia nuevamente el nombre de manera formal al llamado “Conalchi” por el de Instituto Técnico Juan Mejía Gómez, en honor a tan destacado maestro de la educación en Chiriguaná. En la actualidad se le ha vuelto a cambiar el nombre por el de Institución
Educativa Juan Mejía Gómez; cuenta con tres sedes a su cargo.

La otrora Escuela Urbana Mixta de Niñas a mediados del año 1979 cambia su nombre a Escuela Urbana Mixta Nº 2, en 1997 inicia la Básica Secundaria. Mediante acuerdo Nº 08 de diciembre 2 de 1998 del Concejo Municipal se legalizó con el Nombre de Colegio Rafael Argote Vega, en honor a un destacado Maestro de nuestra querida Chiriguaná. Hoy ostenta el nombre de Institución Educativa Rafael Argote Vega y cuenta con tres sedes a su cargo.

Hoy la academia se ha extendido aún más por todo lo ancho de la zona rural.

Luis Alcides Aguilar Pérez
@luisaguilarpe