CULTURA Y TRADICIÓN

CULTURA Y TRADICIÓN

martes, 30 de enero de 2018

El carnaval en Chiriguaná



Foto: Luis Alcides Aguilar Pérez.
Según el Diccionario de la Real Academia, el término “Carnaval” procede del italiano carnevale, de carne (carne) y levare (quitar). Hace referencia a que es un período anterior a la abstinencia sexual y al ayuno propio de la Cuaresma.
Sin embargo, algunas culturas han tomado el carnaval no para hacer reverencia puntual al significado literal de la palabra “Carnaval” según su derivación de la voz latina; por el contrario en su manifestación se disfruta y goza sanamente en la esencia de un significado cultural propio de nuestras generaciones. El hecho que algunas personas lo malinterpreten está sometido a la subjetividad del ser pensante.
Chiriguaná es uno de los pocos municipios de Colombia que mantiene el fervor y ánimo por los carnavales. Según Ocampo López (1992), “la costumbre anual de la celebración del carnaval se observa en los últimos tres días que preceden al miércoles de ceniza y cuando en el mundo cristiano se inician los ayunos cuaresmales”.
Estas fiestas se acompañan con danzas, disfraces, cumbiambas, comparsas, comedias. En el carnaval la gente derrocha alegría y jolgorio, haciendo honor al, rey Momo, Baco y Arlequín. Aquí la alegría del pueblo se envuelve en el canto y la picardía propia de las expresiones de una cultura que en suaves manifestaciones del encanto y diversión hacen explotar el espíritu creativo del ser humano como muestra de vida, fe y esperanza.
Las fiestas de carnaval en Colombia son de origen europeo, fueron introducidas por españoles y portugueses; esta tradición parte del 20 de enero, día de San Sebastián, cuando las autoridades coloniales permitieron los regocijos populares a los negros esclavos, en 1.538, hasta igualar las fiestas religiosas en su iniciación a la cuaresma.
Esta expresión patrimonio cultural de todos los chiriguaneros, llega hasta nuestra sociedad a través del río Magdalena y Cesar, cuando a nuestros pueblos llegaban costumbres propias de los europeos y se disfrutaban en los pueblos cercanos a los centros coloniales de gran significado, es así que desde Mompóx se comienza a recibir la influencia del carnaval.
En el transcurrir del tiempo notamos que al goce del mismo se unen las danzas de negros, indios y uno que otro colorido de la cultura europea, lo que hace más grandiosa y de todos, esta fiesta o disfrute de los pueblos del Caribe colombiano.
En Chiriguaná, una junta que realiza el Alcalde mediante decreto se encarga de la organización de estas festividades en cabeza de un presidente, igualmente se institucionaliza la figura de una reina que es denominada la reina central, quien en el marco del mismo evento realiza la lectura del bando; palabras jocosas con las cuales la reina decreta y ordena la disposición del imperio de la alegría. De   igual manera así quedan autorizados los festejos de precarnaval y carnaval en el municipio. En adelante cada barrio con el aval de la junta central y la junta del barrio o comité aporta una reina que los represente.
Se inicia con los pre-carnavales dentro de los cuales cada viernes y sábado se realizan actividades en que los niños y adultos disfrutan del calor y entusiasmo acompañado de maicena, cola, agua.
Los bailes, por las horas de la noche, se realizan en casetas lideradas por los diferentes comités de los barrios con sus respectivas reinas y bailes, que se van turnando permitiéndose que cada comité realice, en tiempo de pre-carnavales, un baile, recaudándose así un poco de dinero que se “utiliza” para el vestido y preparativo de las reinas.
Ya en el apogeo final del carnaval se llega a la coronación de la reina popular de cada barrio, se realizan desfiles de carrozas por las calles principales, en el que cada barrio con su reina asiste acompañados de comparsas, música de tamboras.
Esta festividad termina con el entierro simbólico de “Joselito Carnaval” en algunos casos representado por un muñeco de trapo, salen con él por las calles, llorado por una viuda (enlutada) y otros acompañantes e indicándose que el carnaval ha terminado.
Según se argumenta por parte de algunos ciudadanos de Chiriguaná, se añoran los carnavales de hace más de veinte años, cuando desde las horas de la mañana las reinas se concentraban en sus tronos construido en sus barrios en donde se departía sana y alegremente; mientras tanto por las calles del pueblo se gozaba el carnaval, armonizado por el espectáculo representado en una comedia o drama a cambio de un aporte económico al grupo o persona que lo realizaba; también era muy emotivo la salida de los “puercos del carnaval”, personas untadas de barro en todo su cuerpo, quienes salían a las calles a disfrutar y ensuciar a otras personas.
De igual manera, ha desaparecido la “vara santa”, la cual consistía en un palo bastante recto muchas veces obtenido del árbol del mismo nombre, el cual era empachado de hormigas que al picar dejaban grandes ronchas. Por lo general los comités u organizadores del evento ataban a la vara santa a ciertas personas que no aportaran dinero o ron; el que daba su aporte se salvaba del castigo.
En ese mismo proceso se acudía a la retención de la reina de un determinado comité o barrio, muchas veces por parte de un comité diferente pidiendo a cambio dádivas por su libertad; es decir, algo que permitiera continuar con la fiesta, el disfrute y la parranda sana, propia de este magnifica expresión cultural.
Se rememora las marionetas de don Bernardino Simanca (qepd), tales como La gigantona, los enanos cabezones, el caimán, entre otros; las comedias de Rafael Martínez “Ambua” (qepd); las del difunto Próspero López; el señor Hurtado; y otros que aportaron al deleite de este evento.
Otro aspecto de los carnavales en el municipio era el famoso “capuchón”, consistente en un atuendo a manera de disfraz mediante el cual una persona sin distingo de sexo ocultaba su identidad para confundir a otros y al mismo disfraz agregaba el cambio característico de su voz, todo con el fin de realizar bromas.
Hoy los bailes y encuentros del movimiento del carnaval parece que se disfrutara por noctámbulos y muy poco de día, ya que los bailes por lo general se realizan en las horas de la noche hasta las primeras horas de la madrugada.

Luis Alcides Aguilar Pérez
@Luisaguilarp

Fuente: Chiriguaná. Historia y cultura. Págs. 183, 184,185. Luis Alcides Aguilar Pérez. 2016.

miércoles, 19 de julio de 2017

Andrés Emilio Beleño Pava: juglaría y tradición en Chiriguaná (II)



Andrés Emilio Beleño/Foto: Períodico El Pilon

Nació en Chiriguaná el 29 de septiembre de 1948. Hijo de Olga del Socorro Pava Acosta y Francisco Nicanor Beleño Rojas, ambos naturales de Chiriguaná, Andrés es el mayor entre 19 hermanos. Verseador, compositor y cantante destacado.
En abril de 1979, llegó a la capital mundial del vallenato, para participar en el primer concurso de piquería del Festival de la Leyenda Vallenata, donde logró destacarse con la corona. Desde entonces se radicó en Valledupar.
A los 31 años de edad disputó el título de Rey de la Piqueria con Guillermo “El Mono” Arzuaga y Rubén Toncel “El Turpial de Pondorito”.
Andrés está consagrado como uno de los repentistas más importantes de la región, su rima jocosa, lo ha favorecido de tal manera que en su haber tiene ganado aproximadamente 50 festivales en todo el país.
Además hoy día está consagrado como uno de los compositores que guarda la esencia y poesía del vallenato tradicional, al expresar en ellas la cotidianidad de hechos propios de la región, del amor, las penas y alegrías del ser humano. Sus canciones llevan impresa un sello muy particular en la gracia y encanto de sus versos, jocosidad que sobresale en sus composiciones con el ritmo de puya. Sus puyas son muy apetecidas por los participantes del Festival Vallenato.
Su producción musical es abundante. Su repertorio guarda connotadas expresiones musicales, algunas inéditas; puyas, merengues y paseos. Dentro sus obras musicales se destacan: “La Campana”, incluida en un trabajo discográfico de “Poncho” Zuleta, El Nobel del Amor; “La Vejez”, en la voz de Alex Manga y el acordeón de Omar Geles (Los Diablitos), “La vi corriendo”, grabado por Jorge Oñate y “Así es la vida” que pegó en su momento con Fabián Corrales. Sus éxitos más recientes son “El gorrero” interpretada por Mono Zabaleta y  “Meneando la batea” interpretada por Jorge Oñate.
Dentro de su producción musical se puede destacar los CD “Cultura Parranda y Folclor”, “Mi Cocho Pechocho” y luego se la jugó con la producción “El Rey de Siempre”, con el acordeón de José del Carmen “Carmencito” Mendoza (Q. E. P. D).
En la actualidad sus hijos son reconocidos músicos del folclor vallenato. El primero como acordeonero; el segundo, es guacharaquero. Sufrió la pérdida de su  hijo Francisco José Beleño, cajero de los K Morales, en su momento, quien murió en un accidente de tránsito en Valledupar.
En entrevista que le hiciera el periodista chiriguanero don Oscar Rosado Arzuaga, Andrés Emilio Beleño, comenta a manera de consejo para las nuevas generaciones de repentistas, lo siguiente:
“La piquería es innata, se puede aprender a organizar los versos. Es muy difícil aprender el repentismo, pero todo en la vida es posible aprenderlo. El mejor consejo es dedicarse a improvisar, que dejen de lado los versos de cajón o aprendidos, que eso no los llevará a ningún lugar.”
En la actualidad Andrés Emilio Beleño continúa con su pasión musical, componiendo canciones y ejercitando la voz en diferentes parrandas vallenatas.
Luis Alcides Aguilar Pérez
@luisaguilarpe 

lunes, 3 de julio de 2017

LOS ALBORES DE LA EDUCACIÓN EN CHIRIGUANÁ

Padre Rafael Eugenio Vega
Rafael Argote Vega


Juan Mejía Gómez

La educación en Chiriguaná se fundamentó con la orientación del Cura Rafael Eugenio Vega, aproximadamente a finales del siglo XIX y comienzos de  la primera mitad del siglo XX, a él se debe el fortalecimiento de la educación e iniciar a los niños de ese tiempo en la formación elemental de las matemáticas, lecto escritura y los saberes esenciales del comportamiento cotidiano.

En entrevista con el Licenciado Ariel Domínguez Vega y don Armando Díaz, familiares del Cura Vega, sobre la información de este personaje comentaron lo siguiente:

<Según comentarios de uno de sus alumnos el señor Segundo Torres Barbosa (Q.E.P.D), el padre Vega fue el gestor de la educación aquí en Chiriguaná, fue el primer profesor referente a la historia de la educación en Chiriguaná. Fundó el primer colegio el cual funcionaba en la misma parroquia. Cuando los alumnos terminaban la educación elemental o preparatoria, él le insistía o aconsejaba a los padres de esos niños en la necesidad de  seguir estudiando en bien de la formación de los jóvenes; que salieran a través del río y continuaran los estudios en el Colegio Pinillos en Mompós. Dentro de sus alumnos podemos mencionar al maestro Juan Mejía, el maestro Rafael Argote, Roberto García, Humberto Rojas, Segundo Torres Barbosa.

Uno de sus principios como educador era su exigencia en caligrafía. Siempre portaba una sotana negra y un sombrero del mismo color.
                                                                                          
El padre Vega era natural de San Juan del Cesar.  A mediados de la década de 1920 o principios de la década de 1930 fue trasladado a la ciudad de Ciénaga, Magdalena. Muere en Río Frío, Magdalena. Allí mismo se encuentra enterrado>.

Chiriguaná era una población cuyas gentes estaban consagradas a la agricultura y ganadería, pero con el sueño de que sus hijos alcanzaran la luz a través de la ilustración. Algunos de los jóvenes orientados por el Padre Vega, parten a la gran ciudad a continuar sus estudios, formándose así un sendero prometedor, preparándose como profesionales normalistas para desempeñarse en la labor docente y otros en carreras de estudio como médicos.

Según Mejía Gómez (1979), “en 1914 mediante diligencias de don Roberto A. García; en calidad de diputado, se logró la creación de la escuela rural de Rincón Hondo y la nocturna de la cabecera, elevación de la escuela urbana superior con maestros graduados, traspaso del municipio de Chiriguaná a la circunscripción escolar de El Banco” (p. 154).

En ese transcurrir del tiempo surge La Escuela Urbana de Niñas en el año de 1925; idea que nace después de que los primeros estudiantes que se iniciaron en la instrucción académica eran hombres; se tenía la creencia histórica de la cultura europea y otras, que la mujer solo era para quedarse sirviendo en casa y tener hijos. La Escuela Urbana de Niñas quedó ubicada en la calle Bolívar hacía el occidente de Chiriguaná, en el sitio (que hoy se reconoce como casa de la cultura de Chiriguaná) iniciando la Pedagoga Gregoria de la Hoz de Argote, más adelante se realizan otros nombramientos de docentes como; Nicolasa Rangel, Martina Royero, Candelaria Rangel, Gertrudis Arce, Ángela Quiñones. Esta escuela inicia con la asistencia en doble jornada.

En 1926 el maestro Juan Mejía Gómez, funda en Chiriguaná el Instituto Caldas, colegio privado en donde se ve el producto de las enseñanzas u orientaciones impartidas por el Padre Vega a favor del desarrollo de Chiriguaná y sus gentes, el maestro Mejía como buen intelectual abre camino para continuar orientado a la juventud siguiente.

El colegio de Nuestra Señora de Chiquinquirá fue fundado en 1949 por el Presbítero Alfonso Aragón Durán.

Mediante decreto Nº 033 de enero 19 de 1950 derivada de la Gobernación del departamento del Magdalena, se inicia la modalidad de bachillerato académico y se da continuidad a la preparatoria con El Liceo Polo Lara, nombre en honor del secretario de educación de la época en el Magdalena, Rómulo Polo Lara. Comienza con 2 grados, quinto de preparatoria y primero de bachillerato, se comienza con varones y gracias a que al no existir el suficiente número de alumnos para la apertura del grado primero de bachillerato el maestro Mejía, sede algunos alumnos de los grados tercero y cuarto del Instituto Caldas para hacer realidad ese inicio. Poco después se permitió la matricula del personal femenino. También surge así una oportunidad para las poblaciones del centro del hoy departamento del Cesar en donde no se contaba con un colegio que colmara las necesidades en la formación académica de los hijos de familias de escasos recursos que por tal situación no podían trasladarse a otros lugares para continuar estudios.

La escasez de docentes en Chiriguaná era preocupante, esa inquietud es atendida por un hijo de Chiriguaná que gracias a sus influencias intercede para lograr una preparación de algunas personas o estudiantes que se inclinaran por la vocación docente y de esta manera, en lo sucesivo, suplir la necesidad presentada gracias a nuevos docentes formados en nuestra propia localidad. La influencia de don Pedro Antonio García permite que en 1958 la Gobernación del Magdalena, mediante decreto 489 de septiembre 30 de 1957 cambiara la modalidad de bachillerato académico a pedagógico, llamándose “Escuela Normal para Varones de Chiriguaná”, lográndose con ello lo que se esperaba en el futuro, un gran número de maestros rurales, de los cuales aún se encuentran actualmente ejerciendo la docencia en lo amplio del departamento del Cesar y Colombia.

En 1963 la legislación educativa del país establece otras condiciones como los tres niveles de enseñanza Básica Primaria, Básica Secundaria y Media Vocacional. Con esta nueva norma educativa Nacional desaparecen las normales rurales originándose los Centros Pilotos de Formación docente. El anterior proceso hace que en Chiriguaná se vuelva nuevamente al bachillerato Académico en 1972. De esta manera de acuerdo a la resolución Nº 0114 de enero 25 de 1972, se da paso al Colegio Nacional Mixto de Bachillerato de Chiriguaná, “Conalchi” ocasionándose la primera promoción con 28 bachilleres; promoción que se gradúa en 1974 bajo la orientación de los distinguidos maestros Emeterio Ávila, Fernando Granados, Leovigildo Mejía, Alfonso Ebrat, Fernando Peinado, Cura Párroco Martín Palacios y Gustavo Mejía; entre otros.

En medio de este proceso es muy importante reconocer la labor emprendida por personas amantes de la formación educativa que al fundar institutos, escuelas y escuelitas contribuyeron en la orientación de jóvenes para bienestar propio y de la sociedad.

Dentro de esos personajes, algunos autodidactas, recordamos a manera de síntesis  los siguientes:

Octavio García, Julio Leyva, Apolinaria Angulo Rodero “Pola” Ángulo, Saray Muñoz, Victoria Villalobos, Librada Díaz, Martina Pérez Zuleta. Y aquellos que aún viven como Hipolita Ditta, Dilfa Pérez, Solfanis Guardías.

Rafael Leyva, fundador del Colegio Marco Fidel Suárez; los hermanos Teobitilde y Teofrasto Tafur Machado, fundadores del Instituto América; Luis Mariano Castañez, fundador del Instituto San Luis Gonzaga; Carlos Andrés Pérez Ruiz, fundador del Colegio Comercial de Bachillerato San Juan Bautista de la Salle.

Además de todo, en esta loable labor es importante recordar que en ella también han contribuido una gran cantidad de maestros, hoy pedagogos, licenciados, sociólogos, especialistas, magíster y doctores; personas que tiene su reconocimiento en esa huella indeleble que han dejado en sus orientados o discípulos de los cuales igualmente se aprende.

Continuando con el proceso del bachillerato académico, a finales de los años 1990 se le cambia nuevamente el nombre de manera formal al llamado “Conalchi” por el de Instituto Técnico Juan Mejía Gómez, en honor a tan destacado maestro de la educación en Chiriguaná. En la actualidad se le ha vuelto a cambiar el nombre por el de Institución
Educativa Juan Mejía Gómez; cuenta con tres sedes a su cargo.

La otrora Escuela Urbana Mixta de Niñas a mediados del año 1979 cambia su nombre a Escuela Urbana Mixta Nº 2, en 1997 inicia la Básica Secundaria. Mediante acuerdo Nº 08 de diciembre 2 de 1998 del Concejo Municipal se legalizó con el Nombre de Colegio Rafael Argote Vega, en honor a un destacado Maestro de nuestra querida Chiriguaná. Hoy ostenta el nombre de Institución Educativa Rafael Argote Vega y cuenta con tres sedes a su cargo.

Hoy la academia se ha extendido aún más por todo lo ancho de la zona rural.

Luis Alcides Aguilar Pérez
@luisaguilarpe

sábado, 24 de junio de 2017

Chiriguaná, víctima del mal accionar político

Panorámica de Chiriguaná/ Foto: Periódico El Pilón
Chiriguaná, un pueblo que históricamente ha estado relacionado a grandes acontecimientos de la historia nacional, por su importancia geográfica, cultural, política y social. Desde tiempos de la colonia y luego del llamado Magdalena grande, ha venido siendo objeto del manejo del poder político, aplicado, a intereses de particulares.
Un acontecimiento histórico en la segunda mitad del siglo XVIII fue la incidencia o influencia política que ejercían las familias nobles de Mompós, sobre los pueblos del río Magdalena. Tanto era la incidencia que tiempos después, en 1810 afectó a Chiriguaná, ya que se genera un conflicto que ocasiona un descontento en la sociedad de ese tiempo. Lo cual lleva a Chiriguaná a pedir a Santa Marta su independencia del cabido de Tamalameque, lo que se hace a través de una petición fuerte y decidida hasta las últimas consecuencias. Ello debido a que desde Tamalameque, para nombrar alcaldes en Chiriguaná, se aceptaban complacientemente las peticiones de don Domingo López Bordel, un vecino de Mompós con mucho poder. Logrando así Chiriguaná su independencia de Tamalameque.
A comienzos del siglo XX, Chiriguaná continúa con su importancia, destacándose como uno de los pueblos de gran interés en el Magdalena Grande, teniendo en su división política a significativos territorios, que ya la historia nos ha permitido conocer. Territorios que más adelante pelearon ideológicamente para también convertirse en municipios e independientes.
En el desarrollo del siglo XX, Chiriguaná, como pueblo ligado a las costumbres políticas de la época seguía a la par de las decisiones  de los padrinos políticos y en muchos casos, padrinos de los hijos de la gente humilde, de un pueblo de campesinos pobres, decentes y con sueños de lograr el progreso académico o intelectual de sus hijos. Los sabios consejos de parte de los compadres (distinguidos) eran tenidos en cuenta, sin malicia y con la venia de los compadres (del común) para hacerlos efectivos como consejos bien definidos y oportunos; lográndose así complacer más adelante al compadre (distinguido) en aspectos como dádivas representadas en tierras, animales; y algunas veces el resguardo de dinero del compadre (del común).
Esas costumbres se han heredado en las gentes de la Chiriguaná del siglo XXI, haciendo de ella una sociedad que permite dejar en manos de otros “forasteros”  el destino político y económico del pueblo. Hoy las consecuencias están a la vista después de haber permitido que en otros tiempos siempre nos hayan quitado lo que por importancia geográfica y política, se había ganado.
Algunos de los padrinos políticos (distinguidos) honestos y leales, tenían buenas relaciones a nivel nacional y eran aprovechadas por ellos para traer progreso al pueblo; es así que se logró una prosperidad en la educación, salud y desarrollo institucional. De esta manera Chiriguaná despegó como cabeza municipal fortalecida con el aval de prestigiosos políticos del país.
Hoy las costumbres políticas, como tal, “Servir bien” han cambiado, existen intereses muy oscuros, y manejados muchas veces a control remoto por los que de verdad tienen las relaciones, a los mismos que les encomendamos nuestra salvación; pero al final nos damos cuenta que es igual a todos,  vienen con una gran sonrisa a sacar provecho de unas gentes que actúan mal para bien del pueblo; pero actúan bien en favor del foráneo el mismo que después, por su mal accionar, nos deja en banca rota y sin progreso, perdiendo   todo lo que se ha ganado desde tiempos inmemoriales.
Seguiremos llorando nuestra desgracia como municipio que ha quedado huérfano de accionar político, para defender nuestras instituciones.
El reto es grande, pero posible de alcanzar con más visión, más unión, menos egoísmo y pensar que Chiriguaná en verdad es de todos; y entender de una vez por todas que al entregar todo sin una reflexión bien concebida corremos el peligro de continuar nuevamente rumbo al precipicio. Hoy florecen las ideas, que nos permiten lamentarnos, el lamento es combustible para alcanzar nuestra realidad y la fortaleza.
Que este revés en la salud de Chiriguaná, con el cierre del segundo nivel del Hospital San Andrés, sirva de alerta para transitar un camino que día a día se tornará más difícil y la sociedad chiriguanera deberá estar atenta a nuevas actitudes y decisiones políticas que ratifiquen a los nuestros e impulsarlos al posicionamiento de escaños para futura defensa de nuestros intereses de pueblo y el desarrollo del mismo con sus gentes o familias.

Luis Alcides Aguilar Pérez
 @luisaguilarpe

jueves, 22 de junio de 2017

Chiriguaná y su devoción por Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá

Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquira-Patrona de Chiriguaná. Foto: Luis Alcides Aguilar Pérez

Datos históricos hablan de la consagración de Chiriguaná a Nuestras Señora del Rosario de Chiquinquirá, desde la llegada en 1536 de los expedicionarios que acompañaban al Licenciado Gonzalo Jiménez de Quezada. A lo que los profesores Simón Martínez y Jorge Iguaran responden: “Teoría sobre la cual tampoco hay indicios y pruebas serias, porque ellos llegaron a un poblado ya existente y su presencia allí fue muy breve. Además, fundar y abandonar una parroquia, sin establecer allí ningún poblamiento español, carecía de toda lógica” (P. 159).
Otros datos, relacionados con la llegada del español con fines de colonizar o refundar poblaciones en estos parajes, se refieren a  comienzos del siglo XVIII a Chiriguaná como parroquia bajo jurisdicción de El Nuevo pueblo de Valencia de Jesús. Más adelante, a inicios de la segunda mitad del siglo XVIII (1768), la parroquia  de Chiriguaná quedó adscrita a la vicaría de Tamalameque.
Desde entonces, Chiriguaná está consagrada a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Muchas personas alegan que existe una leyenda sobre la aparición de la Virgen.
El maestro Juan Mejía Gómez, en su libro “Chiriguaná: ayer, hoy y mañana” deja constancia de una leyenda que cuenta cómo los primeros españoles que llegaron a Chiriguaná “encomendaron la protección de la Villa a la Virgen de Chiquinquirá; pero como no tenían imagen y ella si quería ser venerada por los sencillos pescadores, se les presentó en un pedazo de tabla en una de sus cercanas lagunas y una vez limpio el retablo de la arenilla que tenía, vieron llenos de emoción que era la imagen de la Gran Señora y, desde entonces, todos los días 8 de septiembre, el pueblo chiriguanero rinde fervoroso culto a su milagrosa patrona. Sigue diciendo la leyenda que uno de sus párrocos deseando conservar el retablo aparecido en la laguna, ordenó pintar otro pero resultó que al sacar la procesión el día de su fiesta, se desató una tempestad que tuvieron que entrarse a una casa particular hasta el amanecer”
(P.115, 1979).
De igual manera, dentro de los numerosos milagros que se le atribuyen a nuestra Patrona Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, está uno del cual queda la historia en el libro del maestro Mejía (1979) en el que se cuenta que: “En una ocasión, cierto navegante que viajaba en un champán cargado de sal y otras mercaderías, río Cesar abajo, y al hacer la travesía de la Ciénaga de Zapatosa estuvo a punto de zozobrar por no hacer caso de los consejos de los patrones que conocían el peligro de la ciénaga embravecida y cuando se encontraba haciendo desesperados esfuerzos por vencer las enfurecidas olas, clamaron a la virgen y, milagrosamente, lograron atracar en un puerto de embarque que se supone fue la isla que más tarde se llamó de El Socorro. Los chiriguaneros nonagenarios dicen que entre los muchos milagros que tenía la Patrona había una canoa de oro elaborada en Mompós en pago de la manda ofrecida por el citado viajero.” (P. 115).
Sin embargo, personas conocedoras de la realidad religiosa en Chiriguaná, las mismas que se han nutrido de la tradición oral, que de generación en generación van dejando un legado relacionado con sucesos cotidianos de otros tiempos; como el Licenciado Yesid Guillermo Pallares, comenta: “Se habla de la aparición de la virgen en la laguna; pero ¿dónde está la laguna?, o ¿Qué registro histórico confirma que la laguna exista? El origen del cuadro se perdió. Existe un silencio en la historia de Chirguaná que alude a la pérdida de una tradición oral. El origen del cuadro es incierto. En realidad, no se sabe nada, es un lienzo pintado, es una pintura sobre un lienzo, el lienzo está en un cuadro; no es madera. Pudo haber sido un cuadro que trajeron aquí pintado, y debió ser de origen colombiano, porque la devoción de la Virgen de Chiquinquirá es colombiana, y no existía en esa época en ningún otro lugar del mundo. El cuadro lo hicieron en Chiquinquirá, en Boyacá, cuando pintaron la imagen de la Virgen del Rosario; como sobró tela de lado y lado, entonces de un lado pintaron a San Andrés y del otro lado pintaron a San Antonio, de ahí surge la vocación de Nuestra Señora  de Chiquinquirá. En la actualidad es posible que se encuentre un cuadro de Nuestra Señora de Chiquinquirá en cualquier parte del mundo, cuya vocación es netamente colombiana”.
Es por ello que Chiriguaná se viste de gala para esta fiesta religiosa. Por lo general, inicia el 29 de agosto hasta el 8 de septiembre día específico de las fiestas. A ella concurren visitantes provenientes de algunos países de Sur América al igual que personas de otros lugares de Colombia, estas celebraciones se realizan con eventos religiosos propios de las costumbres del pueblo. Por este motivo se realiza una procesión con la imagen de la Virgen: desde las horas de la tarde partiendo de la iglesia que lleva su nombre y siguiendo por una ruta previamente escogida, hasta altas horas de la noche, diez u once, cuando regresa nuevamente a su iglesia. En los días que anteceden al 8 de septiembre el entusiasmo se materializa con muestras culturales que se desarrollan en cada barrio, el día que le corresponde como integración a las festividades; también es costumbre la presentación  en las horas de la noche de agrupaciones musicales para el deleite de los ciudadanos propios y foráneos.
Chiriguaná, pueblo cordial, los invita para disfrutar en sana paz, sus fiestas patronales.

Luis Alcides Aguilar Pérez
@LuisAguilarPe 

jueves, 15 de junio de 2017

Sobre el enviado, el asiento pegao´ y la piedra del Ermitaño en Rincón Hondo


La piedra del Ermitaño / Foto: (Tomada de Facebook), Dr. José Villalobos Tovar

Rincón Hondo, es un pueblo de mucho significado económico, cultural y político del departamento del Cesar (Colombia), asimismo han trascendido a lo largo de los años sus aportes culturales, sus mitos y leyendas, que han causado gran interés en propios y extraños, por conocer los relatos que ya son parte esencial de la idiosincrasia de este pueblo amable.
Siendo así el pueblo y su gente no dejarán de insistir para que las siguientes generaciones no olviden su esencia y fundamenten su cultura autóctona.
Con el ánimo de recordar los aconteceres cotidianos e historias de este pueblo de mucha tradición es importante acudir a personajes que, gracias a la tradición de herencia oral, guardan el conocimiento de importantes sucesos que se han convertido en leyenda.
Salvadora Martínez, natural de Rincón Hondo, a sus más de 100 años, aún recuerda lo que le comentaba su madre sobre los pañuelos mágicos del enviado y algunos aspectos que se comentaban en su tiempo sobre la idea de que en Rincón Hondo la gente se quedaba pegada al asiento. La señora Salvadora relata lo siguiente:
““Yo conocí esos pañuelos, porque la mamá del marido mío tenía unos, y una señora de nombre Rufina también tenía, al igual que Nolberta Ospino. Sobre el enviado, oí decir a mi mamá que “Él no era Dios, que era un enviado de Dios”, él no comía nada, la pasaba metido en una hamaca leyendo. Los pañuelitos que dejó eran blancos, los misterios de esos pañuelitos era, que el que creía en Dios y en él, que era el enviado de Dios pues se producían los milagros. Esos pañuelitos tenían cuatro esquinitas y, por ejemplo, si una persona era mordida por una culebra, entonces cogían el pañuelito y metían las cuatro esquinas en agua dándosela a beber al afectado desde el pañuelo y con eso se curaba.
Mi mamá me decía que las personas enfermas al utilizar el pañuelo se curaban. También me dijo que él decía: “Siembren yuca y siembren caña, que les alimenta más una yuca asa con un guarapo e’ caña que con una libra de jamiche. ¿Cuál era el jamiche...! –Se pregunta doña Salvadora y ella misma responde-: la carne.
También casaba. Llegó una señora y un señor a casarse y les dijo “Pongan un pie a lante´ y el otro atrás”, porque era sacramento; el señor le había echao´ agua a una hija de la señora, o sea, eran compadres. También llegó otra a que le echara la bendición, ella no se arrimó, se arrodilló cerquita de él, entonces él le dijo “Arrímese un poquito más allá, otro poquito”, entonces “le dijo ¡vela! Lo bueno no lo aprende si no lo que les puede perjudicar, resulta que la señora era bruja.
Cuentan que una vez se encontró con el padre de Chiriguaná y le preguntó ¿Por dónde camina usted, por camino real o por vereda? Entonces el padre arrancó molesto y se fue. También dijo: “No se aflijan que con los años Rincón Hondo será Chiriguaná y Chiriguaná será Rincón Hondo y para terminar Chiriguaná quedará en ciénagas de pescar. Yo con los años volveré, pero no me conocerán. Detrás de mí vendrán algunos haciéndose pasar por mí””.
En esa misma entrevista, doña Salvadora también refiere sobre la otrora creencia de que en Rincón Hondo la gente se quedaba pegada en el asiento por acción de algún personaje local que practicaba mañas muy poco ortodoxas, de ello relata lo siguiente:
“”Bueno lo que yo sé sobre eso es que aquí en Rincón Hondo llegaron dos hombres. Uno de los dos sabia más que el otro –lo dice haciendo referencia a conocimiento de aspectos poco sensatos o de maldad- entonces estando los dos sentados cada quien en su asiento salieron de discusión, cuando uno de ellos intentó pararse para discutir, no lo pudo hacer muy bien porque se quedó pega’o en el asiento, y de ahí se empezó el rumor de que en Rincón Hondo se quedaba la gente pegada al asiento.
Una vez un señor de nombre Carlos fue a visitar a una muchacha de la cual estaba enamorao´. La visita la hizo acompañao´ de un amigo. Al llegar a la casa le brindaron asiento; al poco rato, Carlos quiso pararse del asiento, pero sintió que algo le impedía pararse; entonces él un poco asustao´ le dice al amigo, en voz baja: ¡Estoy pegao! Pero la señora de la casa le escuchó y, entonces le dijo, usted no está pegao´, mire bien el llavero que tiene usted en la pretina y verá qué es lo que pasa. Así fue que se dio cuenta que el asiento tenía un roto en el espaldar, parte inferior, y ahí se introdujo el llavero y al momento de intentar ponerse de pies, el asiento pareciera que le quedaba pegao´, y todo por el enredo.””
No se puede desconocer que en Rincón Hondo, aún sus gentes guardan sus historias y creencias, también es portadora de significado espiritual y es lo relativo a lo sucedido en La piedra del Ermitaño, piedra en la cual quedó la huella de la llegada de un señor de tez negra, al visitar el lugar, sobre la superficie de la piedra, quedó grabado la base de un cáliz, las huellas de un perro, el cuerpo de una culebra y la suela de unos calzados o sandalias.
El personaje en mención mandó llamar al cura de Chiriguaná, para ser oído en penitencia y, después trasladarse a la Iglesia; pedido que haría para el Domingo de Ramos, en las horas de la tarde (llamado que según los relatos, se lo hacía a través de un señor que pasaba al momento). El cura debía asistir sólo, pedido que no se cumplió; y debido a ello, cuenta la leyenda, que el hombre se fue para Valledupar y estando allí pidió ser encerrado en un local para construir una imagen grandiosa.
El hombre se mantuvo aislado durante varios días sin otro alimento que una pequeña cantidad de pan y agua, comestible del que se dice no toco o degustó.
Muchos días después la inquietud de la gente por el encierro pedido por dicho señor, un grupo de personas asiste al lugar para conocer qué sucedía con él señor, ver si estaba vivo o muerto.
Al surtir efecto la inquietud por el extraño personaje y al irrumpir en el sitio del encierro del señor, se sorprenden al notar que no había vestigios de él y solo encontraron una imagen labrada en madera, la que después fue llamada “El Santo Ecce Homo, hoy patrono de los vallenatos.
Por eso algunos parroquianos de Rincón Hondo, como doña Salvadora, dicen que El Santo Ecce Homo, “hoy sería de este pueblo”.
Según el licenciado Yesid Pallares, retomando un conversatorio con Jhony Vega Arias, custodio de la imagen del Ecce Homo, en Valledupar, además de restaurador de la imagen, dice: “La imagen original no era oscura o negra; no es esculpida en América. Tomó su color oscuro debido al hollín en combinación con el aceite de linaza y oliva utilizados para limpiar y mantener la imagen, ello produjo una argamasa sobre la pintura original hasta llegar a ese color negro que tiene”.
Luis Alcides Aguilar Pérez
@luisaguilarpe

martes, 13 de junio de 2017

César Bustamante Vides, pionero de la radio en el centro del Cesar

César Bustamante V. /Foto: Luis Alcides Aguilar Pérez

Siempre lo he conocido como una persona inquieta, amante de su trabajo, amigo de sus amigos y un personaje muy significativo para la Chiriguaná de viejos tiempos y la actual.
Un  inquisidor en la búsqueda de la verdad en la solución de los problemas en los equipos electrónicos que llegaban a su taller para darle arreglo total y el cliente regresaba contento a su casa.
Dentro de sus amigos se encontraban los difuntos Julio Morales un inquieto personaje experto en reparación de radiadores de carros y otros arreglos en soldadura, y Joaquín Aguilar, un electricista empírico consagrado a su labor.
A “checha” como le dicen sus amigos; hoy he querido, a través de estos escritos realizarle un pequeño homenaje, a su tesón de visionario y un hombre de sueños como sus actos lo han demostrado.
Nació el 4 de enero de 1936 en Chimichagua, Magdalena, hoy Cesar. Hijo de Enrique Bustamante Mancilla y Dolores Rebeca Vides Royero. Realizó sus estudios primarios en Chimichagua hasta el curso tercero, viajando después a El Banco, Magdalena, donde cursó el  cuarto en el Instituto San Javier, y el quinto en el Liceo Colombiano.
Su curiosidad por conocer el funcionamiento de algunos objetos, como linternas de 6 voltios, diseñadas por grandes empresas, mimas que desarmaba, para idear después un mecanismo que se adaptara a carros de juguetes de madera colocándoles luces que interactuaran con su movimiento y frenado o al detenerse, hace que se interese por el estudio de la electrónica; la que inicia por correspondencia en la National School, de San Francisco, California -Estados Unidos-, el material de estudio se enviaba desde San Francisco a Bogotá y desde allí era enviado a los pueblos del país en donde existían los estudiantes.
Don César llega a Chiriguaná por la vía del río Cesar en el año de 1956. Consagrado como uno de los primeros técnicos, comienza a tener clientela y es así que surgen  en el pueblo los primeros picó o equipos de sonido muy apreciados por los dueños de negocios de cantinas de ese entonces para amenizar la venta de productos propios de estos locales.
En Chiriguaná conoce a su esposa doña Graciela Mejía Martínez, de cuya unión existen siete hijos, y siete más por fuera del matrimonio –diez hembras y cuatro varones-.
En 1959 crea una emisora local con ayuda de una bocina metálica suspendida a una altura de diez metros y con la asistencia de  un amplificador de audio de 35 vatios. Las personas del pueblo escuchaban música, dedicatorias y otros aspectos que tienen que ver con la comunicación.
En 1960 funda la primera emisora del centro del hoy departamento del Cesar, La Voz de Chiriguaná, esta emisora en su desarrollo tuvo muchas interrupciones motivadas por la falta de documentos que le permitiera ser legal; pero de igual manera su accionar en algunos casos fue fortuito, ya que el proceso de legalización era muy costoso. Tres años después de la creación de La Voz de Chiriguaná es cuando surge en Valledupar Radio Guatapurí.
César Bustamante, es el mismo que ayudó al hoy famoso Galy Galiano, en sus inicios de cantante; para acondicionar el parlante de un radio viejo y convertirlo  en un amplificador adaptado a un bajo artesanal, con el cual  Galy comenzó a imitar las notas musicales de las canciones de Alfredo Gutiérrez y Calixto Ochoa que reproducía una radiola.
Este amigo, además de  los sueños y la perseverancia, le ha permitido que en 1997 la Voz de Chiriguaná surja legalmente para convertirse en un medio que  presta un gran servicio local, como a las comunidades vecinas. Además, se ha convertido en una escuela de formación ya que por sus micrófonos han pasado muchos jóvenes, mujeres y hombres, interesados por el periodismo o locución.

Luis Alcides Aguilar P. 
@luisaguilarpe