CULTURA Y TRADICIÓN

CULTURA Y TRADICIÓN

sábado, 24 de junio de 2017

Chiriguaná, víctima del mal accionar político

Panorámica de Chiriguaná/ Foto: Periódico El Pilón
Chiriguaná, un pueblo que históricamente ha estado relacionado a grandes acontecimientos de la historia nacional, por su importancia geográfica, cultural, política y social. Desde tiempos de la colonia y luego del llamado Magdalena grande, ha venido siendo objeto del manejo del poder político, aplicado, a intereses de particulares.
Un acontecimiento histórico en la segunda mitad del siglo XVIII fue la incidencia o influencia política que ejercían las familias nobles de Mompós, sobre los pueblos del río Magdalena. Tanto era la incidencia que tiempos después, en 1810 afectó a Chiriguaná, ya que se genera un conflicto que ocasiona un descontento en la sociedad de ese tiempo. Lo cual lleva a Chiriguaná a pedir a Santa Marta su independencia del cabido de Tamalameque, lo que se hace a través de una petición fuerte y decidida hasta las últimas consecuencias. Ello debido a que desde Tamalameque, para nombrar alcaldes en Chiriguaná, se aceptaban complacientemente las peticiones de don Domingo López Bordel, un vecino de Mompós con mucho poder. Logrando así Chiriguaná su independencia de Tamalameque.
A comienzos del siglo XX, Chiriguaná continúa con su importancia, destacándose como uno de los pueblos de gran interés en el Magdalena Grande, teniendo en su división política a significativos territorios, que ya la historia nos ha permitido conocer. Territorios que más adelante pelearon ideológicamente para también convertirse en municipios e independientes.
En el desarrollo del siglo XX, Chiriguaná, como pueblo ligado a las costumbres políticas de la época seguía a la par de las decisiones  de los padrinos políticos y en muchos casos, padrinos de los hijos de la gente humilde, de un pueblo de campesinos pobres, decentes y con sueños de lograr el progreso académico o intelectual de sus hijos. Los sabios consejos de parte de los compadres (distinguidos) eran tenidos en cuenta, sin malicia y con la venia de los compadres (del común) para hacerlos efectivos como consejos bien definidos y oportunos; lográndose así complacer más adelante al compadre (distinguido) en aspectos como dádivas representadas en tierras, animales; y algunas veces el resguardo de dinero del compadre (del común).
Esas costumbres se han heredado en las gentes de la Chiriguaná del siglo XXI, haciendo de ella una sociedad que permite dejar en manos de otros “forasteros”  el destino político y económico del pueblo. Hoy las consecuencias están a la vista después de haber permitido que en otros tiempos siempre nos hayan quitado lo que por importancia geográfica y política, se había ganado.
Algunos de los padrinos políticos (distinguidos) honestos y leales, tenían buenas relaciones a nivel nacional y eran aprovechadas por ellos para traer progreso al pueblo; es así que se logró una prosperidad en la educación, salud y desarrollo institucional. De esta manera Chiriguaná despegó como cabeza municipal fortalecida con el aval de prestigiosos políticos del país.
Hoy las costumbres políticas, como tal, “Servir bien” han cambiado, existen intereses muy oscuros, y manejados muchas veces a control remoto por los que de verdad tienen las relaciones, a los mismos que les encomendamos nuestra salvación; pero al final nos damos cuenta que es igual a todos,  vienen con una gran sonrisa a sacar provecho de unas gentes que actúan mal para bien del pueblo; pero actúan bien en favor del foráneo el mismo que después, por su mal accionar, nos deja en banca rota y sin progreso, perdiendo   todo lo que se ha ganado desde tiempos inmemoriales.
Seguiremos llorando nuestra desgracia como municipio que ha quedado huérfano de accionar político, para defender nuestras instituciones.
El reto es grande, pero posible de alcanzar con más visión, más unión, menos egoísmo y pensar que Chiriguaná en verdad es de todos; y entender de una vez por todas que al entregar todo sin una reflexión bien concebida corremos el peligro de continuar nuevamente rumbo al precipicio. Hoy florecen las ideas, que nos permiten lamentarnos, el lamento es combustible para alcanzar nuestra realidad y la fortaleza.
Que este revés en la salud de Chiriguaná, con el cierre del segundo nivel del Hospital San Andrés, sirva de alerta para transitar un camino que día a día se tornará más difícil y la sociedad chiriguanera deberá estar atenta a nuevas actitudes y decisiones políticas que ratifiquen a los nuestros e impulsarlos al posicionamiento de escaños para futura defensa de nuestros intereses de pueblo y el desarrollo del mismo con sus gentes o familias.

Luis Alcides Aguilar Pérez
 @luisaguilarpe

jueves, 22 de junio de 2017

Chiriguaná y su devoción por Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá

Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquira-Patrona de Chiriguaná. Foto: Luis Alcides Aguilar Pérez

Datos históricos hablan de la consagración de Chiriguaná a Nuestras Señora del Rosario de Chiquinquirá, desde la llegada en 1536 de los expedicionarios que acompañaban al Licenciado Gonzalo Jiménez de Quezada. A lo que los profesores Simón Martínez y Jorge Iguaran responden: “Teoría sobre la cual tampoco hay indicios y pruebas serias, porque ellos llegaron a un poblado ya existente y su presencia allí fue muy breve. Además, fundar y abandonar una parroquia, sin establecer allí ningún poblamiento español, carecía de toda lógica” (P. 159).
Otros datos, relacionados con la llegada del español con fines de colonizar o refundar poblaciones en estos parajes, se refieren a  comienzos del siglo XVIII a Chiriguaná como parroquia bajo jurisdicción de El Nuevo pueblo de Valencia de Jesús. Más adelante, a inicios de la segunda mitad del siglo XVIII (1768), la parroquia  de Chiriguaná quedó adscrita a la vicaría de Tamalameque.
Desde entonces, Chiriguaná está consagrada a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Muchas personas alegan que existe una leyenda sobre la aparición de la Virgen.
El maestro Juan Mejía Gómez, en su libro “Chiriguaná: ayer, hoy y mañana” deja constancia de una leyenda que cuenta cómo los primeros españoles que llegaron a Chiriguaná “encomendaron la protección de la Villa a la Virgen de Chiquinquirá; pero como no tenían imagen y ella si quería ser venerada por los sencillos pescadores, se les presentó en un pedazo de tabla en una de sus cercanas lagunas y una vez limpio el retablo de la arenilla que tenía, vieron llenos de emoción que era la imagen de la Gran Señora y, desde entonces, todos los días 8 de septiembre, el pueblo chiriguanero rinde fervoroso culto a su milagrosa patrona. Sigue diciendo la leyenda que uno de sus párrocos deseando conservar el retablo aparecido en la laguna, ordenó pintar otro pero resultó que al sacar la procesión el día de su fiesta, se desató una tempestad que tuvieron que entrarse a una casa particular hasta el amanecer”
(P.115, 1979).
De igual manera, dentro de los numerosos milagros que se le atribuyen a nuestra Patrona Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, está uno del cual queda la historia en el libro del maestro Mejía (1979) en el que se cuenta que: “En una ocasión, cierto navegante que viajaba en un champán cargado de sal y otras mercaderías, río Cesar abajo, y al hacer la travesía de la Ciénaga de Zapatosa estuvo a punto de zozobrar por no hacer caso de los consejos de los patrones que conocían el peligro de la ciénaga embravecida y cuando se encontraba haciendo desesperados esfuerzos por vencer las enfurecidas olas, clamaron a la virgen y, milagrosamente, lograron atracar en un puerto de embarque que se supone fue la isla que más tarde se llamó de El Socorro. Los chiriguaneros nonagenarios dicen que entre los muchos milagros que tenía la Patrona había una canoa de oro elaborada en Mompós en pago de la manda ofrecida por el citado viajero.” (P. 115).
Sin embargo, personas conocedoras de la realidad religiosa en Chiriguaná, las mismas que se han nutrido de la tradición oral, que de generación en generación van dejando un legado relacionado con sucesos cotidianos de otros tiempos; como el Licenciado Yesid Guillermo Pallares, comenta: “Se habla de la aparición de la virgen en la laguna; pero ¿dónde está la laguna?, o ¿Qué registro histórico confirma que la laguna exista? El origen del cuadro se perdió. Existe un silencio en la historia de Chirguaná que alude a la pérdida de una tradición oral. El origen del cuadro es incierto. En realidad, no se sabe nada, es un lienzo pintado, es una pintura sobre un lienzo, el lienzo está en un cuadro; no es madera. Pudo haber sido un cuadro que trajeron aquí pintado, y debió ser de origen colombiano, porque la devoción de la Virgen de Chiquinquirá es colombiana, y no existía en esa época en ningún otro lugar del mundo. El cuadro lo hicieron en Chiquinquirá, en Boyacá, cuando pintaron la imagen de la Virgen del Rosario; como sobró tela de lado y lado, entonces de un lado pintaron a San Andrés y del otro lado pintaron a San Antonio, de ahí surge la vocación de Nuestra Señora  de Chiquinquirá. En la actualidad es posible que se encuentre un cuadro de Nuestra Señora de Chiquinquirá en cualquier parte del mundo, cuya vocación es netamente colombiana”.
Es por ello que Chiriguaná se viste de gala para esta fiesta religiosa. Por lo general, inicia el 29 de agosto hasta el 8 de septiembre día específico de las fiestas. A ella concurren visitantes provenientes de algunos países de Sur América al igual que personas de otros lugares de Colombia, estas celebraciones se realizan con eventos religiosos propios de las costumbres del pueblo. Por este motivo se realiza una procesión con la imagen de la Virgen: desde las horas de la tarde partiendo de la iglesia que lleva su nombre y siguiendo por una ruta previamente escogida, hasta altas horas de la noche, diez u once, cuando regresa nuevamente a su iglesia. En los días que anteceden al 8 de septiembre el entusiasmo se materializa con muestras culturales que se desarrollan en cada barrio, el día que le corresponde como integración a las festividades; también es costumbre la presentación  en las horas de la noche de agrupaciones musicales para el deleite de los ciudadanos propios y foráneos.
Chiriguaná, pueblo cordial, los invita para disfrutar en sana paz, sus fiestas patronales.

Luis Alcides Aguilar Pérez
@LuisAguilarPe 

jueves, 15 de junio de 2017

Sobre el enviado, el asiento pegao´ y la piedra del Ermitaño en Rincón Hondo


La piedra del Ermitaño / Foto: (Tomada de Facebook), Dr. José Villalobos Tovar

Rincón Hondo, es un pueblo de mucho significado económico, cultural y político del departamento del Cesar (Colombia), asimismo han trascendido a lo largo de los años sus aportes culturales, sus mitos y leyendas, que han causado gran interés en propios y extraños, por conocer los relatos que ya son parte esencial de la idiosincrasia de este pueblo amable.
Siendo así el pueblo y su gente no dejarán de insistir para que las siguientes generaciones no olviden su esencia y fundamenten su cultura autóctona.
Con el ánimo de recordar los aconteceres cotidianos e historias de este pueblo de mucha tradición es importante acudir a personajes que, gracias a la tradición de herencia oral, guardan el conocimiento de importantes sucesos que se han convertido en leyenda.
Salvadora Martínez, natural de Rincón Hondo, a sus más de 100 años, aún recuerda lo que le comentaba su madre sobre los pañuelos mágicos del enviado y algunos aspectos que se comentaban en su tiempo sobre la idea de que en Rincón Hondo la gente se quedaba pegada al asiento. La señora Salvadora relata lo siguiente:
““Yo conocí esos pañuelos, porque la mamá del marido mío tenía unos, y una señora de nombre Rufina también tenía, al igual que Nolberta Ospino. Sobre el enviado, oí decir a mi mamá que “Él no era Dios, que era un enviado de Dios”, él no comía nada, la pasaba metido en una hamaca leyendo. Los pañuelitos que dejó eran blancos, los misterios de esos pañuelitos era, que el que creía en Dios y en él, que era el enviado de Dios pues se producían los milagros. Esos pañuelitos tenían cuatro esquinitas y, por ejemplo, si una persona era mordida por una culebra, entonces cogían el pañuelito y metían las cuatro esquinas en agua dándosela a beber al afectado desde el pañuelo y con eso se curaba.
Mi mamá me decía que las personas enfermas al utilizar el pañuelo se curaban. También me dijo que él decía: “Siembren yuca y siembren caña, que les alimenta más una yuca asa con un guarapo e’ caña que con una libra de jamiche. ¿Cuál era el jamiche...! –Se pregunta doña Salvadora y ella misma responde-: la carne.
También casaba. Llegó una señora y un señor a casarse y les dijo “Pongan un pie a lante´ y el otro atrás”, porque era sacramento; el señor le había echao´ agua a una hija de la señora, o sea, eran compadres. También llegó otra a que le echara la bendición, ella no se arrimó, se arrodilló cerquita de él, entonces él le dijo “Arrímese un poquito más allá, otro poquito”, entonces “le dijo ¡vela! Lo bueno no lo aprende si no lo que les puede perjudicar, resulta que la señora era bruja.
Cuentan que una vez se encontró con el padre de Chiriguaná y le preguntó ¿Por dónde camina usted, por camino real o por vereda? Entonces el padre arrancó molesto y se fue. También dijo: “No se aflijan que con los años Rincón Hondo será Chiriguaná y Chiriguaná será Rincón Hondo y para terminar Chiriguaná quedará en ciénagas de pescar. Yo con los años volveré, pero no me conocerán. Detrás de mí vendrán algunos haciéndose pasar por mí””.
En esa misma entrevista, doña Salvadora también refiere sobre la otrora creencia de que en Rincón Hondo la gente se quedaba pegada en el asiento por acción de algún personaje local que practicaba mañas muy poco ortodoxas, de ello relata lo siguiente:
“”Bueno lo que yo sé sobre eso es que aquí en Rincón Hondo llegaron dos hombres. Uno de los dos sabia más que el otro –lo dice haciendo referencia a conocimiento de aspectos poco sensatos o de maldad- entonces estando los dos sentados cada quien en su asiento salieron de discusión, cuando uno de ellos intentó pararse para discutir, no lo pudo hacer muy bien porque se quedó pega’o en el asiento, y de ahí se empezó el rumor de que en Rincón Hondo se quedaba la gente pegada al asiento.
Una vez un señor de nombre Carlos fue a visitar a una muchacha de la cual estaba enamorao´. La visita la hizo acompañao´ de un amigo. Al llegar a la casa le brindaron asiento; al poco rato, Carlos quiso pararse del asiento, pero sintió que algo le impedía pararse; entonces él un poco asustao´ le dice al amigo, en voz baja: ¡Estoy pegao! Pero la señora de la casa le escuchó y, entonces le dijo, usted no está pegao´, mire bien el llavero que tiene usted en la pretina y verá qué es lo que pasa. Así fue que se dio cuenta que el asiento tenía un roto en el espaldar, parte inferior, y ahí se introdujo el llavero y al momento de intentar ponerse de pies, el asiento pareciera que le quedaba pegao´, y todo por el enredo.””
No se puede desconocer que en Rincón Hondo, aún sus gentes guardan sus historias y creencias, también es portadora de significado espiritual y es lo relativo a lo sucedido en La piedra del Ermitaño, piedra en la cual quedó la huella de la llegada de un señor de tez negra, al visitar el lugar, sobre la superficie de la piedra, quedó grabado la base de un cáliz, las huellas de un perro, el cuerpo de una culebra y la suela de unos calzados o sandalias.
El personaje en mención mandó llamar al cura de Chiriguaná, para ser oído en penitencia y, después trasladarse a la Iglesia; pedido que haría para el Domingo de Ramos, en las horas de la tarde (llamado que según los relatos, se lo hacía a través de un señor que pasaba al momento). El cura debía asistir sólo, pedido que no se cumplió; y debido a ello, cuenta la leyenda, que el hombre se fue para Valledupar y estando allí pidió ser encerrado en un local para construir una imagen grandiosa.
El hombre se mantuvo aislado durante varios días sin otro alimento que una pequeña cantidad de pan y agua, comestible del que se dice no toco o degustó.
Muchos días después la inquietud de la gente por el encierro pedido por dicho señor, un grupo de personas asiste al lugar para conocer qué sucedía con él señor, ver si estaba vivo o muerto.
Al surtir efecto la inquietud por el extraño personaje y al irrumpir en el sitio del encierro del señor, se sorprenden al notar que no había vestigios de él y solo encontraron una imagen labrada en madera, la que después fue llamada “El Santo Ecce Homo, hoy patrono de los vallenatos.
Por eso algunos parroquianos de Rincón Hondo, como doña Salvadora, dicen que El Santo Ecce Homo, “hoy sería de este pueblo”.
Según el licenciado Yesid Pallares, retomando un conversatorio con Jhony Vega Arias, custodio de la imagen del Ecce Homo, en Valledupar, además de restaurador de la imagen, dice: “La imagen original no era oscura o negra; no es esculpida en América. Tomó su color oscuro debido al hollín en combinación con el aceite de linaza y oliva utilizados para limpiar y mantener la imagen, ello produjo una argamasa sobre la pintura original hasta llegar a ese color negro que tiene”.
Luis Alcides Aguilar Pérez
@luisaguilarpe

martes, 13 de junio de 2017

César Bustamante Vides, pionero de la radio en el centro del Cesar

César Bustamante V. /Foto: Luis Alcides Aguilar Pérez

Siempre lo he conocido como una persona inquieta, amante de su trabajo, amigo de sus amigos y un personaje muy significativo para la Chiriguaná de viejos tiempos y la actual.
Un  inquisidor en la búsqueda de la verdad en la solución de los problemas en los equipos electrónicos que llegaban a su taller para darle arreglo total y el cliente regresaba contento a su casa.
Dentro de sus amigos se encontraban los difuntos Julio Morales un inquieto personaje experto en reparación de radiadores de carros y otros arreglos en soldadura, y Joaquín Aguilar, un electricista empírico consagrado a su labor.
A “checha” como le dicen sus amigos; hoy he querido, a través de estos escritos realizarle un pequeño homenaje, a su tesón de visionario y un hombre de sueños como sus actos lo han demostrado.
Nació el 4 de enero de 1936 en Chimichagua, Magdalena, hoy Cesar. Hijo de Enrique Bustamante Mancilla y Dolores Rebeca Vides Royero. Realizó sus estudios primarios en Chimichagua hasta el curso tercero, viajando después a El Banco, Magdalena, donde cursó el  cuarto en el Instituto San Javier, y el quinto en el Liceo Colombiano.
Su curiosidad por conocer el funcionamiento de algunos objetos, como linternas de 6 voltios, diseñadas por grandes empresas, mimas que desarmaba, para idear después un mecanismo que se adaptara a carros de juguetes de madera colocándoles luces que interactuaran con su movimiento y frenado o al detenerse, hace que se interese por el estudio de la electrónica; la que inicia por correspondencia en la National School, de San Francisco, California -Estados Unidos-, el material de estudio se enviaba desde San Francisco a Bogotá y desde allí era enviado a los pueblos del país en donde existían los estudiantes.
Don César llega a Chiriguaná por la vía del río Cesar en el año de 1956. Consagrado como uno de los primeros técnicos, comienza a tener clientela y es así que surgen  en el pueblo los primeros picó o equipos de sonido muy apreciados por los dueños de negocios de cantinas de ese entonces para amenizar la venta de productos propios de estos locales.
En Chiriguaná conoce a su esposa doña Graciela Mejía Martínez, de cuya unión existen siete hijos, y siete más por fuera del matrimonio –diez hembras y cuatro varones-.
En 1959 crea una emisora local con ayuda de una bocina metálica suspendida a una altura de diez metros y con la asistencia de  un amplificador de audio de 35 vatios. Las personas del pueblo escuchaban música, dedicatorias y otros aspectos que tienen que ver con la comunicación.
En 1960 funda la primera emisora del centro del hoy departamento del Cesar, La Voz de Chiriguaná, esta emisora en su desarrollo tuvo muchas interrupciones motivadas por la falta de documentos que le permitiera ser legal; pero de igual manera su accionar en algunos casos fue fortuito, ya que el proceso de legalización era muy costoso. Tres años después de la creación de La Voz de Chiriguaná es cuando surge en Valledupar Radio Guatapurí.
César Bustamante, es el mismo que ayudó al hoy famoso Galy Galiano, en sus inicios de cantante; para acondicionar el parlante de un radio viejo y convertirlo  en un amplificador adaptado a un bajo artesanal, con el cual  Galy comenzó a imitar las notas musicales de las canciones de Alfredo Gutiérrez y Calixto Ochoa que reproducía una radiola.
Este amigo, además de  los sueños y la perseverancia, le ha permitido que en 1997 la Voz de Chiriguaná surja legalmente para convertirse en un medio que  presta un gran servicio local, como a las comunidades vecinas. Además, se ha convertido en una escuela de formación ya que por sus micrófonos han pasado muchos jóvenes, mujeres y hombres, interesados por el periodismo o locución.

Luis Alcides Aguilar P. 
@luisaguilarpe

domingo, 11 de junio de 2017

Marcial Pava Domínguez: juglaría y tradición en Chiriguaná



Marcial Pava en el acordeón/ Foto: Luis Alcides Aguilar Pérez
Tocar o ejecutar el acordeón, componer canciones y cantar, tres aspectos que en mi poco conocimiento sobre música considero que son muy significativos para un gran maestro de la música, ésta es la ocasión de hacerle un pequeño reconocimiento a este artífice de la cultura musical de Chiriguaná.
El argumento lo sustento en ese batallar sano y sonoro de este personaje natural de un pequeño pueblo de Tamalameque, de nombre “No te pases”,  quien a la edad de 16 años se traslada a Chiriguaná para así dar importantes cambios a su vida.
Este pequeño agricultor, además de dedicar tiempo a sus cultivos de subsistencia, se prestó para digitar magistralmente el alma de la música vallenata, como lo que es acordeón.
Su interés por la música inicia a la edad de los siete años, en medio de sus intentos por llegar al alcance de una composición musical a manera de chanza, inicia con una canción que le da el título de “Las vacas viejas” en ritmo de merengue, composición que realiza sin tener el amplio conocimiento de los diferentes ritmos propios del folclor vallenato.
El hecho de no saber leer ni escribir no fue obstáculo para don Marcial y es así que, aún siendo un muchacho, se interesa en tocar o ejecutar el acordeón. El apetito por tocar el instrumento se origina en él cuando se da cuenta que un vecino es propietario de un acordeón de dos hileras; ese acordeón despertó la inquietud en su ser.
En un descuido del dueño del acordeón, Pava logró su cometido de alcanzar el armonioso instrumento, a escondidas logró sacarle notas, mismas que fueron escuchadas por el propietario del instrumento y, de esta manera, escuchó por primera vez un concepto en su favor sobre su capacidad en tocar el acordeón, concepto que motivó todavía más a Pava y en adelante, mediante la antiquísima idea del intercambio de productos o trueque, Marcial Pava logró hacerse con un acordeón. El viejo propietario recibió a cambio un bulto de maíz, que era la única forma que tenía Marcial para pagarle.
En una entrevista que le hiciera el gestor cultural y corista chiriguanero Luis Eduardo Nieto al maestro Marcial Pava, el entrevistado comenta lo siguiente:
““Mi mamá no quería que yo aprendiera o me dedicara a la música por las consecuencias que esto traía a todos los que se dedican a este bello arte. Siempre me reprochaba: “sólo vas a aprender es a toma ron” y me decía que el primer acordeón que comprara me lo quemaría,  por lo que  aprendí a ejecutarlo a escondidas para que mamá no se enterara.
Cuando ya comencé a intentar tocar el acordeón de lleno, el anterior dueño, un día que me escucha ejecutarle se me acerca y me dice -Todavía te falta medida. Y yo le pregunté -como se aprendía esto y él me  contesta: -con los demás músicos o integrantes del conjunto vallenato (caja, Guacharaca). Así comencé mi búsqueda, y en una vereda circunvecina conseguí toda clase de músicos y de manera atrevida les acepté una gira musical, pero el único miedo en mi era cómo convencer a mi madre, para que me diera el permiso; pero abusando, en las horas de la noche me fui a escondidas. 
Yo aprendí a tocar el acordeón por mis propios medios, “es decir de manera empírica”. Además sin saber leer ni escribir,  lo que más dificultad me causo fue aprender a tocar los bajos.””
Al lado del maestro Pava, fue donde se inició el destacado bajista José Vásquez (Quévaz), siendo su primera grabación en la otrora casa disquera Eva.
Muchos jóvenes de Chiriguaná y de pueblos vecinos amantes del acordeón han acudido al maestro Pava para recibir de él las primeras ilustraciones sobre cómo ejecutar el acordeón, quedando de esta manera una huella de sus notas y enseñanzas a favor de su estilo musical.
Hoy en el historial musical del maestro Pava, se puede registrar la siguiente información:
1-. grabó su primer LP en Discos Tropical, además de varios discos sencillos en diferentes casas disqueras dentro de las cuales destacamos: sello Metrópolis, Ondina, Discos Eva.
2-. En Discos Daro, grabó “Imperio Vallenato” sobresaliendo como éxito la canción “Esperanzas perdidas” de su autoría.
3-. En la actualidad tecnológica ha logrado 4 CDs: (1) “De Colombia para el mundo” Batiendo records. (2) Marcando la diferencia “Gracias a mi Pueblo”. (3). La colota. (4). Qué más quieres que te diga.
Actualmente está por salir al mercado su más reciente producción musical, “Dejando huellas”. También le han grabado otros grupos algunas de sus obras: Fabián Corrales le grabó el tema “El Mochito”; igualmente el “Chijo” Ruidiaz hizo una versión de este tema; La agrupación musical Los Maestros le grabó La Bailadora.

Luis Alcides Aguilar Pérez
@luisaguilarpe